Ivo Karlovic siempre se presenta a los desconocidos como un hombre de múltiples talentos. Es un tartamudo que graba discos de rap. Es el hombre más alto (2,08m) en haber entrado jamás en el top 100 del tenis, lo que no le impide atender a las preocupaciones del profesional medio, como el intrusismo de los controles de dopaje, que más de una vez le buscaron en la ducha. Y es, también, el tenista que más rápido ha pegado un saque en la historia del tenis: el sábado, durante el partido de dobles perdido (3-6, 6-3, 7-5, 3-6 y 4-6) por Croacia ante Alemania (1-2) propio de la Copa Davis, Karlovic sacó a 251 kilómetros por hora . Si la ITF cumple con la burocracia y oficializa el marcador, el croata habrá pulverizado el anterior récord (249,4, conseguido en 2004 por el estadounidense Andy Roddick).
Karlovic, que llegó a ser el número 14, es hoy el número 217 del mundo. Ha ganado tres partidos en todo el año. Lesionado en el tendón de Aquiles, estuvo sin jugar desde mayo de 2010 hasta el inicio de 2011. Busca ahora recuperar su sitio, y lo hace a base de servicios, por mucho que le disguste que le describan como un tenista monocorde. "Si consigo ganar solo con un golpe", suele ironizar; "será que soy un genio".
Puede ser. Una cosa es segura. Nadie había sido capaz de sacar a 251 kilómetros por hora. Para eso no hubo, por supuesto, respuesta acertada: el rival puso la raqueta y la bola, eléctrica, cruzó el campo sin encontrar la pista. Out y a otra cosa. Le sirvió, en cualquier caso, de poco;
Karlovic y su compatriota Ivan Dodig perdieron ante los alemanes Christopher Kas y Philipp Petzschner (6-3, 3-6, 5-7, 6-3, 6-4), lo que permitió a los germanos tomar ventaja (2-1).
Karlovic, que llegó a ser el número 14, es hoy el número 217 del mundo. Ha ganado tres partidos en todo el año. Lesionado en el tendón de Aquiles, estuvo sin jugar desde mayo de 2010 hasta el inicio de 2011. Busca ahora recuperar su sitio, y lo hace a base de servicios, por mucho que le disguste que le describan como un tenista monocorde. "Si consigo ganar solo con un golpe", suele ironizar; "será que soy un genio".
Puede ser. Una cosa es segura. Nadie había sido capaz de sacar a 251 kilómetros por hora. Para eso no hubo, por supuesto, respuesta acertada: el rival puso la raqueta y la bola, eléctrica, cruzó el campo sin encontrar la pista. Out y a otra cosa. Le sirvió, en cualquier caso, de poco;
Karlovic y su compatriota Ivan Dodig perdieron ante los alemanes Christopher Kas y Philipp Petzschner (6-3, 3-6, 5-7, 6-3, 6-4), lo que permitió a los germanos tomar ventaja (2-1).
